Siempre busco una implicación emocional con los trabajos

“La función del diseñador es crear imágenes eficientes y bellas, que estén en íntima concordancia con el producto y que establezcan un vínculo emocional con el consumidor”. Lo afirma el diseñador Claudio Bado (Somosene). Tiene claro que en su trabajo hay un componente emocional muy alto que requiere, a la vez, de un conocimiento profundo del proyecto en el que se sumerge. Su vinculación creativa y personal con Tast amb Llops suma ya 6 años. Es uno más de la manada y ha construído un relato sabio y atractivo con un cuento universal de fondo, que irá evolucionando, como el vino. Lo entrevistamos para conocer más a fondo su implicación y calidad creativa.
– ¿Cuándo empieza tu colaboración con Tast amb Llops
Para el Tast 2010 acompañé a Malena Fabregat que acudía también por primera vez como visitante. Conocí entonces a Fredi Torres y a Cristina y Waldo, con quienes hicimos amistad automáticamente. Ya sabes, una cosa lleva a la otra y heme aquí 6 años después soñando con Caperucita…
– ¿Cómo ha ido evolucionando y qué te inspira para crear los distintos materiales y diseños?
Desde el principio es un trabajo muy compartido con Cristina y Waldo, lo que hace que sigamos descorchando botellas juntos. Para los primeros trabajos potencié la imagen que ya estaba en la memoria de las anteriores ediciones: el logotipo del Tast, dos lobos abrazando una copa. Es potente y es una imagen que identifica al pueblo de Gratallops. La encontramos dibujada con cantos rodados en la calle principal. Durante los primeros años este fue el foco de los diseños, una imagen que por insistencia se fija en la memoria de los visitantes. Pero el tema tiene más jugo, no solamente el de los mostos de Gratallops (que ya son suficiente tema de inspiración), sino por la imagen del lobo que antiguamente abundaba en la región. Por naturaleza son animales que viven en manadas jerarquizadas, con un sentido fuerte del territorio, cosa que sumada al parentesco con el perro doméstico (salut Pelut), lo acercan mucho al ser humano. Desde Rómulo y Remo hasta las expresiones más populares más usadas afianzan esta relación. Así que la mesa está servida.
– En el décimo aniversario has sido especialmente prolífico, ¿qué te ha motivado para crear los carteles y por qué has ahondado en el relato de Caperucita?
10 años son importantes en la vida de cualquiera. En este caso constata el crecimiento del proyecto y eso es inspirador.
La llegada a la imagen de Caperucita es una evolución natural del trabajo. El cuento de Perrault está cargado de símbolos atractivos para relacionarlos con un tast de vinos: la pubertad de Caperucita representada por el color rojo, su inocencia enfrentada a la astucia y seducción del lobo y una experiencia que la hace crecer emocionalmente. Caperucita después de su encuentro con el lobo se convierte en adulta. Me gusta la idea de relacionar el Tast con el camino iniciático de Caperucita, una vivencia que puedo hacerla mía catando sus vinos.
– Tienes una amplia experiencia en el mundo del vino, personalizar cada proyecto es la clave, ¿qué diferencia Tast amb Llops de otros encargos similares?
Siempre busco una implicación emocional con los trabajos. Una relación que, como las personales, son amplias y complejas. Nunca hay dos proyectos iguales, ni los clientes tampoco lo son. En el caso de Tast amb Llops soy un lobo más de la manada, me reconozco en ese grupo y ese territorio en el que cada uno tiene su rol, unos hacen vino, otros dan de comer…, el mío es diseñar.
– El diseño es clave en el mundo del vino, ¿crees que, por fin, elaboradores y bodegas se están dando cuenta de su valor para atraer nuevos públicos?
El camino es largo y aun queda mucho por recorrer. El peso de la imagen es esencial para atraer la atención, eso no es noticia. Lo que queda por enraizar es un concepto de honestidad de la imagen. La función del diseñador es crear imágenes eficientes y bellas, que estén en íntima concordancia con el producto y que establezcan un vínculo emocional con el consumidor. El diseñador es quien comprendiendo el producto, encuentra la imagen apropiada para llegar a su público. Sin artificios un diseño se convierte en auténtico y perdura. Ésta es la clave que debe integrar el sector.
– Conoces la cita enológica muy a fondo, ¿cuál piensas que es la clave del éxito?
La clave del éxito no se encuentra en manuales de autoayuda. Buscar el éxito ya me parece un punto de partida erróneo. En todo caso al éxito se llega. Y las claves consisten en ser uno mismo, con singularidad, con calidad y una actitud honesta frente todos los actores que intervienen. Sin esto, por más cosmética o famoseo que tenga el evento, no llegará a dejarnos huella.
– A nivel de diseño, ¿habrá alguna sorpresa más antes de la cita?
Sí que la hay, pero no la revelaré para pueda seguir siendo una sorpresa. Sólo una pista: Todos somos Caperucita.
– ¿Ya tienes en mente como debe ser el diseño de la undécima?
Como Caperucita, ya nos hemos hecho adultos. Seguiremos dudando, pero menos. Y seguiremos dejándonos seducir por el lobo. Nos gusta
Somosene – Claudio Bado – Tast amb Llops